Gregorio Careaga Medina |
Por Angel del Toro Fonseca
Han pasado exactamente 60 años del sacrificio util. La sangre escurrida entre las hierbas del patio del Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, vuelve a la superficie para recordar a los muertos, para dar mas fuerzas al futuro. A 77 kilómetros de ese dantesco escenario, hoy Coliseo donde los gladiadores santigueros admiran su obra, se recuerda a uno de los últimos mártires del asalto al Moncada.
Transcurría la tarde del 26 de julio de 1953 en la ciudad de Contramaestre. Un joven que evidentemente no conocía el lugar, descendió de un camión en las inmediaciones y caminó varias cuadras hasta el parque central. Tomó asiento en uno de sus bancos y de inmediato se quedó dormido.
Transcurría la tarde del 26 de julio de 1953 en la ciudad de Contramaestre. Un joven que evidentemente no conocía el lugar, descendió de un camión en las inmediaciones y caminó varias cuadras hasta el parque central. Tomó asiento en uno de sus bancos y de inmediato se quedó dormido.
Horas después se conocería que se trataba de Gregorio
Careaga Medina, natural de Artemisa, un cubano con la dignidad a prueba de
balas, que enfrentaría la tortura y el crimen al igual que sus hermanos de
causa que asaltaron ese día los cuarteles Guillermo Moncada en Santiago de Cuba
y Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo.
La odisea había comenzado 48 horas antes…
La noche del 24 de julio de 1953, un numeroso grupo
de jóvenes procedentes de Artemisa, se reunió con el líder revolucionario
ortodoxo Fidel Castro Ruz en el edificio “Triangulo” ubicado en las calles 23 y
Zapata de la capital cubana. ¿El objetivo?: impartir las orientaciones finales
para partir a las 3:00 de la madrugada en una caravana de autos de alquiler
hacia el Oriente de Cuba, para ejecutar una importante acción patriótica.
Como parte del grupo, el joven Gregorio no preguntó
detalles, solo se conformó con conocer que iba a participar en un decisivo
intento por derrocar a la tiranía de Fulgencio Batista y Zaldívar, que desde
los años 40 bañaba de sangre e ignominia a la patria.
La historia oficial después del asalto al Cuartel Moncada…
Luego de combatir heroicamente y no poder tomar la
fortaleza del Moncada, Gregorio obedeció la orden de retirada y abordó una
rastra que lo sacó de los límites de la oriental ciudad, que en la mañana del
26 de julio de 1953 hervía por los movimientos de los sicarios de la tiranía.
Explica una versión de los hechos que Careaga
Medina, descendió de la rastra en Contramaestre y deambuló por las calles de un lugar desconocido para él, llegando
incluso a dormitar en el parque central. Allí lo despertó un soldado del Cuerpo
de Guardia Rural y continuó su deambular hasta el límite Norte de la ciudad en
dirección al poblado de Baire.
El cansancio por los tantos días de acción sin
dormir venció al joven revolucionario. Se dirigió a un garaje solicitando al
empleado que lo cuidaba que le permitiera pasar la noche allí. Se durmió
rápidamente en el interior de un ómnibus
desvencijado guardado en ese lugar.
Horas después es detenido por los agentes de la policía
batistiana, iniciando su dolorosa ascensión a la gloria.
Las últimas horas de Gregorio Careaga Medina
Las versiones más aceptadas sobre las últimas horas
del joven asaltante al Cuartel Moncada, Gregorio Careaga Medina, plantean que
los soldados que lo detuvieron lo golpearon bárbaramente para que delatara a
sus compañeros en la acción y para que diera detalles de la organización del
asalto.
Careaga respondió a las golpizas con firmeza, por
lo que fue trasladado al Puesto de Mando del ejército de la ciudad de Bayamo y
posteriormente al Cuartel de Maffo de nuevo, por órdenes del teniente Roselló con
órdenes de hacerlo desaparecer.
En investigación radiofónica en ocasión del aniversario
50 del asalto al Cuartel Moncada, Ismael Pupo Pérez, historiador del Museo-
Casa Natal Orlando Pantoja Tamayo del poblado de Maffo, afirma:
“Nosotros tuvimos noticias de un combate que se
produjo en las cercanías de Maffo, que se planteaba fue contra unos forajidos,
para justificar un tiroteo que se produjo en una finca contra el cuerpo de
Careaga Medina, para hacer parecer un combate (…)
(…) Pero como el cuartel de la Guardia Rural de
Maffo estaba rodeado de casas de la población, nosotros sabíamos que eso no
podía ser (…) que a ese hombre lo torturaron allí mismo en el cuartel (…)
El historiador Pupo Pérez continúa explicando como
la prensa de la época reflejó los hechos a través de mentiras:
“Nosotros tenemos aquí por ejemplo “El Diario De
Cuba”, que el día 27 de julio de 1953 sacó una noticia cuyo título decía
“Muerto en Maffo uno que atacó a tiros a soldados. El jefe del puesto de Maffo,
Sargento Vicente Alfonso Cruz con personal a sus ordenes que practicaban
vigilancia respecto a los hechos del asalto al Cuartel Moncada, sorprendieron
en la finca La Piedra, en el barrio Los Negros del término municipal de Jiguaní
a 4 personas desconocidas y al darle el alto, les ripostaron con pistolas,
resultando uno de los desconocidos muertos, y los otros huyeron (…)
(…) Sin embargo, todo el mundo sabe aquí que a ese
muchacho lo torturaron aquí en el cuartel de Maffo, lo llevaron casi moribundo
para Bayamo de donde lo devolvió el Teniente Roselló y seguro ya muerto lo
trajeron de nuevo (…) Lo trasladaron a una finca en la madrugada del 28 de
julio de 1953 y lo terminaron de asesinar”
¿Qué expresó el Acta de Diligencia Judicial, Inspección Ocular y
Levantamiento del Cadáver de Gregorio Careaga Medina?
El acta de la diligencia judicial, inspección
ocular y levantamiento del cadáver de Gregorio Careaga Medina expresa
textualmente:
(…) que en este lugar y finca propiedad de Luís
Valdés, que está situada al lado del camino de Paso Seco a Bijagual, que conduce hacia Los Negros, al lado derecho de dicho camino y en el
interior de la espesada finca, como a unos 150 metros del precipitado camino,
en una cañada, se encontró boca arriba el
cuerpo de un individuo del sexo masculino, de raza blanca, como de unos 28 a 30 años de edad,
que viste camisa blanca (…) y que examinando su hábito externo se le propinaron
tres heridas por proyectil de arma de fuego de grueso calibre”
Se confirmaba de esa manera el crimen.
Odelín Bello
Labrada fue uno de los testigos de la represión de la tiranía en la ciudad de
Contramaestre, lugar donde fue detenido, torturado y asesinado el combatiente
Gregorio Careaga Medina luego de la
acción del Moncada.
Bello
Labrada recuerda los pormenores:
“... uno de los asaltantes fue hecho
prisionero en Contramaestre y traído al cuartel de Maffo, donde fue
salvajemente torturado y murió a consecuencia de los golpes en el lugar
conocido por Las Biajacas, donde el ejército hizo un simulacro de combate”
Pocos días después, el 29 de
Julio de 1953, un periódico de La Habana narró una versión
distorsionada de los hechos:
“En Paso Seco, en las cercanías
de Maffo se produjo un intenso tiroteo entre fuerzas al mando del Sargento
Alonso Cruz y un grupo de cuatro desconocidos que se supone eran fugitivos del
criminal asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba. En el choque resultó
muerto un desconocido que vestía pantalón caqui y camisa blanca, bajo de
estatura y que hasta ahora no ha podido
ser identificado”.
Andrés Núñez Lora, Historiador de la ciudad de
Contramaestre da conocer el testimonio mas aceptado sobre el asesinato del
mártir del Moncada en Contramaestre:
(…) Casi todas las versiones coinciden en que Gregorio
llegó hasta el Central América en una rastra, y en la oscuridad él pudo evadir
a las autoridades de este lugar hasta introducirse en Contramaestre. Allí,
agotado descansó en un parque del centro de la ciudad. Un sereno de un almacén
lo divisó y por miedo a sufrir un asalto, lo denunció a la Guardia Rural. Lo
detiene un guardia rural de apellido Lora; que residía en la localidad de El
Cobre y hay que decir que lo detuvo y lo dejó en Maffo (…)
(…) Este Lora no reprimió a Gregorio Careaga, incluso,
levantó un acta de que lo había dejado con vida allí en Maffo. Después llegó el
sargento Cruz que lo sometió a grandes torturas (…) hay vecinos que atestiguan
de los gritos de Gregorio por las torturas (…) hasta que casi muerto es
trasladado al puesto de Bayamo. Como allí ya habían asesinado a tantos compañeros,
le dijeron al sargento Cruz que no debía quedar vivo pero que no eran ellos los
que debían asesinarlo, que el que lo había detenido debía disponer de él. Es
entonces que se traslada a Gregorio hasta la finca Las Piedras (…)
Narra Núñez Lora que de acuerdo a los testimonios de
Manuel García, un campesino que escuchó un tiroteo en la llamada también “Finca
de Las Biajacas”, como a las 2:30 de la madrugada se levantó a ordeñar sus
reses y al descubrir el cuerpo sin vida de Gregorio movilizó a los vecinos y
trasladó la noticia al Cuartel de la Guardia Rural de Maffo. Posteriormente fue
trasladado al cementerio del poblado.
El crimen de la alborada y una tumba con eternas rosas blancas…
Pensaba el régimen tiránico que el crimen de Gregorio Careaga quedaría
impune y que sería desconocido por las fuerzas revolucionarias y la juventud
progresista del barrio de Maffo y el pueblo de Contramaestre. Sin embargo, se
equivocó.
El testimonio de la combatiente clandestina Isela “Chelona” Pantoja
Tamayo, hermana del mártir internacionalista contramaestrense Orlando Pantoja
Tamayo, ayudó a reconstruir la historia posterior a la muerte de Gregorio
Careaga. La vinculación con el combatiente asesinado sería su primera acción
dentro del Movimiento 26 de Julio y el inicio en los trajines revolucionarios.
Isela Pantoja Tamayo "Chelona" |
Los recuerdos de “Chelona” son elocuentes:
“Yo no sabía nada de lo que había pasado en Santiago de Cuba (…)
solamente escuchaba los rumores de que había acontecido un combate de unos
jóvenes locos (…) Después supe que un joven que se había sentado en el parque
de Contramaestre había sido detenido y posteriormente asesinado aquí (…)
(…) Después de que se produjo el simulacro de combate que no fue más que
la mentira para matar a aquel joven y de que lo llevaran para el cementerio, mi
hermano “Olo” me dijo con tremendo misterio: “Necesito que me ayudes” Y yo le
respondo: ¿Y en qué? (…)
(…) Y me responde Olo: (…) Bueno, que al hombre que ya se sabe en todo
el pueblo que asesinaron en el cuartel y
lo tiraron en los alrededores, ya se lo llevaron para el cementerio. Y queremos
ver quien es y retratarlo (…) Y como tú eres “amiga de los batistianos”, me
hace falta que averigües en qué parte exacta del Cementerio está (…)
(…) De inmediato me dispuse porque una amiga mía era novia de uno de los
guardias que estaban en el poblado de Maffo y además, tenía una tía en una
finca que colindaba con el cementerio y estaba justificada para no levantar
sospechas (…) Llevé un envase con agua y unas flores y localicé a una prima que
vivía en Bayamo para que me acompañara (…)
(…) Cuando llegamos allí, un militar de apellido García me preguntó que
hacía por allí y me dijo además no podía pasar al cementerio (…) Gracias a otro
guardia de apellido Ortiz que pasaba por allí y le informó al vigilante que yo
iba a visitar la tumba de mi padre, fue que yo pude entrar al cementerio y
llegar hasta el sitio donde se encontraba Gregorio Careaga en un ataúd (…)
(…) Aun después de asesinado conservaba el buen semblante, su pelo
caoba. De inmediato le limpié el rostro con un paño húmedo, le arreglé el pelo
y le abroché la camisa. En medio de estos trajines, escuché un silbido que era
la señal de mi hermano y sus compañeros de que ya me habían localizado y me
avisaban que debía irme del lugar (…)
(…) Ellos continuaron con su misión pero esta fue mi primera acción
revolucionaria clandestina y a partir de ahí me incorporé en cuerpo y alma a la
revolución y a la lucha insurreccional (…)
Desde ese 28 de julio de 1953, la primera tumba de Gregorio Careaga en el
cementerio de Maffo, tuvo siempre rosas blancas frescas en cada amanecer,
testigos de que era visitada todos los días por los jóvenes integrantes del
Movimiento 26 de Julio.
Monumento a Gregorio Careaga en el lugar de su muerte en Contramaestre |
Luego del triunfo revolucionario, el cadáver del combatiente artemiseño
fue colocado en el Mausoleo a los Mártires de Artemisa para su descanso
definitivo.
Realmente
fueron dos los asaltantes al Cuartel Moncada que recibieron protección en
Contramaestre…
El historiador de la ciudad de Contramaestre Andrés
Núñez Lora desarrolla los detalles poco conocidos, acerca de cómo no fue un
solo asaltante al Moncada sino dos, los que recibieron protección de los
revolucionarios de la ciudad de Contramaestre:
(…) Dos de los asaltantes al Moncada, cuando
apreciaron el fracaso de la acción y se retiraron, abordaron autos y trataron
de salir de la ciudad de Santiago de Cuba, sin saber que irían a parar a
Contramaestre. Desgraciadamente no se logró la coordinación con los jóvenes de
aquí que estaban organizados ya en Acción Libertadora, porque pudieron haberse
ocultado aquí y se le hubiera salvado la vida a Gregorio Careaga (…)
(…) El otro compañero;
Carlos González Seijas; fue ocultado en Maffo. El se trasladó en una guagua y
en ella llegó a Palma Soriano, allí registraron el ómnibus lo observaron
detenidamente al apreciar su tez blanca pero no lo detuvieron. Entonces llegó a
Contramaestre y se dirigió a casa de una amistad de apellido Sierra, que
estudiaba con él en La Habana y esta lo ocultó, desde el día 27 de julio hasta
el 31 en que logran sacarlo para La Habana disfrazado de enfermo (…)
Liceo de Maffo, donde fueron enjuiciados los criminales |
La justicia revolucionaria no tardó en llegar. Los criminales que torturaron a Gregorio Careaga fueron enjuiciados en el mismo escenario de sus vejámenes. El Liceo de Maffo, hoy Casa de la Cultura del poblado; sirvió de sede del juicio.
Gregorio Careaga Medina
Gregorio Careaga Medina, nace en Artemisa al este de la ciudad de La Habana, el 28 de noviembre del 1923, hijo de Víctor y Eugenia. Era el sexto de nueve hijos.
Nació en un hogar humilde, en el que la miseria era permanente y esto lo obliga a trabajar desde muy niño para sustentar la familia.
Gregorio Careaga Medina, nace en Artemisa al este de la ciudad de La Habana, el 28 de noviembre del 1923, hijo de Víctor y Eugenia. Era el sexto de nueve hijos.
Nació en un hogar humilde, en el que la miseria era permanente y esto lo obliga a trabajar desde muy niño para sustentar la familia.
Junto a su padre y hermanos vendía periódicos en la esquina del hotel
"Sevilla" y por las calles de su natal Artemisa. Comenzó a estudiar
en la Escuela No. 7, pero tuvo que abandonarla en el tercer grado.
Comenzó a laborar desde temprana edad; en su juventud se desempeñó como jornalero junto a su padre y posteriormente trabajó en la cocina del Hotel Sevilla, donde aprendió el oficio de cocinero. Laboró como tal consecutivamente en La Viña, El Miyar y La Aurora. Su último trabajo fue en la Funeraria "Matías", antes de partir al asalto al Cuartel Moncada.
Era conocida su firme actitud en contra de la politiquería reinante y de condena a la tiranía batistiana.
Gregorio era de carácter reservado, nunca dejó entrever las actividades a las que dedicaba y siempre ponía un pretexto a sus familiares.
En 1946, se casó con Gloria Granados, hermana de su compañero Guillermo Granados, con la que tuvo dos hijos, Tony y Miguelito.
Días antes de partir para el asalto al Cuartel Moncada le dijo a su pequeño Tony: "voy al campo por unos días para que en el futuro a ti no te falte nada". A ninguno de sus familiares le contó el propósito de su partida. Todos lo hacían en el campo trabajando, de acuerdo con lo que el había manifestado.
Comenzó a laborar desde temprana edad; en su juventud se desempeñó como jornalero junto a su padre y posteriormente trabajó en la cocina del Hotel Sevilla, donde aprendió el oficio de cocinero. Laboró como tal consecutivamente en La Viña, El Miyar y La Aurora. Su último trabajo fue en la Funeraria "Matías", antes de partir al asalto al Cuartel Moncada.
Era conocida su firme actitud en contra de la politiquería reinante y de condena a la tiranía batistiana.
Gregorio era de carácter reservado, nunca dejó entrever las actividades a las que dedicaba y siempre ponía un pretexto a sus familiares.
En 1946, se casó con Gloria Granados, hermana de su compañero Guillermo Granados, con la que tuvo dos hijos, Tony y Miguelito.
Días antes de partir para el asalto al Cuartel Moncada le dijo a su pequeño Tony: "voy al campo por unos días para que en el futuro a ti no te falte nada". A ninguno de sus familiares le contó el propósito de su partida. Todos lo hacían en el campo trabajando, de acuerdo con lo que el había manifestado.
Su hermana Caridad- fallecida en 1964-, en entrevista que aparece
en el libro "Mártires del Moncada", recuerda que:
“En aquellos días se excusó de no poder asistir a mi boda (…) con
el pretexto de no tener zapatos, sin embargo horas antes había comprado un par
nuevo que estrenaría en el Moncada, además en una ocasión, le oí decir que por
lo único que daría la vida era por la libertad”.
En Artemisa se reunía con su cuñado Guillermo Granados, con José
A. Labrador, con Ciro, Julito y Pepe Suárez. Junto con los demás jóvenes
artemiseños partió hacia La Habana el 24 de julio de 1953. Ese mismo día a las
tres de la madrugada se dirigió hacia Santiago de Cuba, en una máquina en la
que iban además los artemiseños: Vero Rossell, José A. Labrador, Ricardo
Santana y Pepe Suárez.
Gregorio Careaga, fue de los que luchó heroicamente en el Cuartel
Moncada, logró retirarse y posteriormente fue detenido en el pueblo de Maffo y
asesinado salvajemente.
En agosto de 1959 sus restos se exhumaron, y se le rindió guardia
de honor en Maffo, Santiago de Cuba y en Artemisa, a donde fueron trasladados
sus restos que hoy reposan en el Mausoleo Mártires de Artemisa donde se les rinde un merecido homenaje.
Es interesante tener la posibilidad de leer sobre historia y por eso esta bueno disfrutar de ver distintos artículos. Suelo pasar mucho tiempo en mi Alquiler Temporario Buenos Aires leyendo libros que me cuenten algunos sucesos ocurridos en el pasado
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