Por este sitio se inicia el asecenso a la cueva de la Rinconada |
Por Angel del Toro Fonseca
Mientras en segunda quincena
de Diciembre de 1958, en la plaza de Maffo el Ejército Rebelde cerraba cada vez
más el cerco sobre las tropas sitiadas en el BANFAIC, a decenas de kilómetros,
a medio camino entre Baire y Jiguaní, un retiro campestre dio cabida al
encuentro de dos hermanos rebeldes: en La Rinconada se abrazaron Fidel y Raúl el 17 de
diciembre de 1958 a las 11:00 de la mañana, luego de haberse separado desde el 1ro.
de marzo en Pata de la Mesa, Comandancia del Che en el corazón de la Sierra
Maestra.
Incluso en
la actualidad, cuando la Revolución ha abierto caminos de montaña en todos los
rincones de Cuba, cuesta un poco de trabajo llegar hasta el último puesto de
mando del Comandante en Jefe del Ejército Rebelde Fidel Castro en las montañas
del territorio oriental de Cuba.
Un camino
serrano conduce hasta la exuberante reserva natural que alberga un sitio
legendario para los cubanos. “La Rinconada” da nombre a un accidente geográfico
de pura roca, que sirvió de campamento al Mayor General del Ejército Libertador
Cubano Calixto García Iñiguez durante las guerras de 1868 y 1895 contra la
ocupación colonial española de la Isla de Cuba
Quiso la
historia que nuestro máximo líder durante su campaña liberadora entre 1956 y
1959, apreciara las ventajas del lugar por su seguridad y lo designara como su
cuartel general entre los días 7 y 19 de Diciembre de 1958, posterior a la
victoria sobre las tropas del régimen dictatorial de Fulgencio Batista en la
Batalla de Guisa.
Este lugar
constituyó un gran asentamiento aborigen cuya presencia se confirma hoy con el
hallazgo de restos de vasijas de barro y hachas petaloides. El espacio, constituido
por una gran solapa de unos 3 metros cúbicos de dura roca; no llega a ser una
cueva como algunos creen.
El autor asciende de las profundidades de La Rinconada |
Las rocas
de mediano tamaño y el follaje de la vegetación, ofrecieron refugio natural a
los combatientes del Ejército Rebelde de los ataques de la aviación enemiga. Un
manantial que se escapa de entre las raíces de un enorme árbol, todavía
sortea las piedras para abastecer de
agua a los pobladores de la comarca.
Casi en el
centro del histórico sitio, se conservan, una palma real cubana y un árbol
frondoso de caimito, donde amarraron sus hamacas, el comandante Fidel y sus
subalternos: Calixto García Martínez, Juan Almeida Bosque, Efigenio Ameijeiras, Francisco “Paco”
Cabrera, Pedro Miret Prieto y Celia Sánchez Manduley.
En este lecho descansó el Comandante en Jefe Fidel Castro luego de un resfriado |
Desde
esta Comandancia, la planta matriz de la
Radio Rebelde en la Sierra Maestra, transmitió las orientaciones del Comandante
en Jefe, a otras 20 estaciones ubicadas
en el territorio nacional cubano durante la guerra de liberación.
También
desde aquí, Fidel dirigió las operaciones militares para la liberación de los
poblados de Jiguaní, Baire, Maffo y la ciudad de Palma Soriano durante la
primera quincena del mes de Diciembre de 1958. En este intrincado sitio, los
campesinos pudieron atender esmeradamente al Comandante, lavar las ropas de su
Estado Mayor, cocinarle y hasta desafiar al ejército de la dictadura que en más
de una ocasión puso en fila a los vecinos para amenazarles de fusilamiento si
no les ofrecían datos sobre el Ejército Rebelde.
En esta vivienda, a unos 500 metros de La Rinconada fue atendido el Comandante en Jefe Fidel Castro |
Solo 24
horas después del encuentro con Raúl, “La Rinconada” fue sede de la más importante
reunión entre los jefes rebeldes en Cuba y los propuestos a ocupar la dirección
del país como Gobierno Provisional en cuanto triunfara la Revolución. Allí se
trazó estrategia a seguir en todos los frentes de combate con el objetivo
supremo de tomar la ciudad de Santiago de Cuba antes del fin del año 1958.